El semen es, desde un punto de vista químico, una sustancia fascinante: sólo 3% de una eyaculación contiene espermas, por ejemplo. El resto del fluido seminal está compuesto de agua (más del 50%), azúcar (para nutrir a los espermatozoides), inmunosupresores (para que el sistema inmunológico de la mujer no destruya las células vivas) y dos hormonas femeninas, extrañamente, que estimulan la ovulación.
Sin embargo, el semen contiene otras sutancias que pueden elevar el ánimo de las mujeres (al menos si se absorben por vía vaginal): endorfinas, estrona, prolactina, oxitocina y serotonina, sustancias que nuestros cuerpos producen regularmente para producirnos sensaciones placenteras (y desde un punto de vista de biología evolutiva, para recompensarnos por cosas que le hacen bien a nuestro cuerpo, como tener sexo, comer o dormir.)
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